¿Te has preguntado por qué confías en los productos o servicios de una marca?

Como las personas, las marcas y las compañías tienen características asociadas. Seguramente puedes ver tus marcas favoritas y pensar sin problema si son juveniles, serias, atrevidas, y demás. E igualmente como las personas, también tienes otras características de si son confiables, éticas, socialmente responsables y otras cualidades que aunque no son parte del producto físicamente, son parte íntegra de nuestra percepción y preferencia.

Por ello, las empresas necesitan tener valores bajo los cuales se rigen, y proyectan como parte de su promesa de marca. No solo es la calidad o utilidad del producto, es todo lo que está detrás de él lo que cuenta como un todo.

Nosotros como Avon somos una empresa que toma decisiones basada en sus valores. La integridad, el respeto, la humildad, son bases fundamentales del comportamiento ético. Sin ellas no se podría generar confianza entre Avon y sus Representantes y consumidores para actuar con convicción.

En el mundo actual, las empresas que no han actuado íntegramente han desaparecido. Ser una empresa ética garantiza que podremos innovar a través del tiempo para mantener nuestras relaciones con las Representantes y cumplirles, poniéndolas siempre primero.

Todos los Asociados de Avon vivimos estos valores y sabemos que haciéndolo también promovemos:

• Un ambiente de Confianza y apertura que motiva a decir siempre la verdad;


• Respeto el uno con el otro, a nuestras Representantes, consumidores, terceros, Asociados y funcionarios públicos que regulan y hacen cumplir la ley;


• Suficiente Convicción en nosotros mismos y en los demás para encaminarnos hacia nuestra misión de acuerdo a nuestros valores;


• La Humildad que permite a nuestro desempeño que hable por sí mismo y admitir nuestros errores; e


• Integridad en todas las situaciones, cualesquiera las presiones o tentaciones, dondequiera que nos encontremos y sin importar las posibles consecuencias.

También promovemos estos valores en los países en los que operamos y en las comunidades donde tenemos presencia.

Nuestra Cultura de Integridad

Por más de 125 años, Avon ha adoptado estos cinco Valores Fundamentales. Pero no nos quedamos ahí. Nuestra Cultura de Integridad depende de que cada uno de los Asociados de Avon vivamos plenamente esos valores.

Procuramos siempre que nuestras relaciones sean íntegras y de alta calidad basadas en respeto y cordialidad. Así, sabemos que cada Asociado de Avon asume la responsabilidad personal por una cultura de ética y de cumplimiento de la ley.

Aplicamos nuestro Código de Conducta, nuestros Valores Fundamentales y nuestra cultura de integridad a todos nuestros negocios y todas nuestras relaciones, estableciendo como prioridad el comportamiento ético, profesional y de buenas prácticas de negocio. El Código establece elevados estándares de conducta que se esperan de todos en Avon. Adicionalmente nos permite saber a dónde acudir en caso de ayuda cuando tenemos preguntas acerca de lo que debemos hacer.

Nos enorgullece que Avon sea una empresa socialmente responsable y que espera un apego estricto a la ley promoviendo una cultura de integridad. Tenemos claro que nuestro compromiso infatigable hacia la conducta lícita y ética es imprescindible para preservar nuestra buena reputación, nuestra sobrevivencia y nuestro éxito.

CREAR, ACOGER & APLICAR

Nuestro programa Global de Ética & Cumplimiento (Ethics & Compliance) es holístico y se enfoca en la mejora continua. Nos requiere crear, acoger y aplicar los más elevados estándares de conducta.

Crear
Creamos políticas y guías para nuestros Asociados, basándonos en nuestros valores y comunicándolos de manera sencilla y clara. Por ejemplo, nuestra Política Global Anticorrupción.

Acoger
Acogemos el liderazgo ético a través de nuestras Comunicaciones y entrenamientos dedicados a nuestros Asociados, así como estableciendo para ellos objetivos de desempeño e incentivos que apuntalen nuestra cultura.

Aplicar
Nuestra manera de aplicar es seguir las políticas y elevando inquietudes, investigando a fondo cualesquier posibles violaciones y tomando las medidas de remediación necesarias para vivir de acuerdo con nuestros valores fundamentales.

Entonces, cuando parece que nuestro trabajo concluyó, comenzamos de nuevo, mejorando continuamente nuestro proceso de crear, acoger y aplicar nuestros elevados estándares.